Ginebra, 2 ago (EFE).- La alta comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, pidió hoy que se investigue la supuesta ejecución de docenas de soldados sirios a manos de las fuerzas rebeldes cuando ambos bandos se disputaban el control de la localidad de Jan al Asal, en el oeste de la ciudad de Alepo.
“Las presuntas ejecuciones de soldados en la batalla de Jan al Asal en julio son profundamente impactantes y es necesario asegurar que los responsables de estas violaciones de los derechos humanos paguen por sus crímenes”, afirmó Pillay.
Entre el 22 y el 26 de julio se difundieron por internet imágenes en las que se ve a quienes parecen ser soldados al servicio del régimen de Bachar Al Asad y miembros de sus milicias afines a punto de ser ejecutados, y con varios cadáveres alrededor.
“Estas imágenes, si son verificadas, insinúan que las ejecuciones fueron llevadas a cabo en Jan al Asal. Es necesario que se realice una investigación independiente acerca de si se trata de crímenes de guerra”, agregó Pillay.
La alta comisionada declaró que su equipo para la región está investigando estos incidentes a través de las imágenes y testimonios existentes, y las primeras conclusiones que han extraído es que dos hombres sin uniforme que aparecían vivos en un vídeo se encuentran entre los cadáveres en otro.
“Otro vídeo muestra cómo los cuerpos sin vida están siendo recogidos por la Media Luna Roja y doctores de la Armada Libre Siria. Otro, cadáveres de soldados esparcidos por la ciudad, la mayoría aparecen tiroteados en la cabeza”, según la responsable de los derechos humanos de la ONU.
Pillay explicó que, de acuerdo con el análisis de los expertos, los grupos armados podrían haber ejecutado a unas 30 personas y la mayoría parecen ser soldados, “aunque hay informaciones que apuntan a un número superior”.
La alta comisionada también manifestó haber recibido informaciones de fuentes creíbles según las cuales soldados gubernamentales aún están retenidos por los opositores en la misma ciudad.
La localidad de Jan al Asal es clave en el conflicto en esa zona de Siria porque antes de ser capturada por los opositores fue un bastión desde el cual los soldados del régimen protegían a varios cuarteles al sur de Alepo.
La toma de Jan al Asal puede afectar al trabajo de la misión de la ONU que investigará próximamente el uso de armas químicas en Siria porque el régimen, que ha autorizado esta semana su entrada al país, condiciona las indagaciones a que se circunscriban a esta población.
Según las autoridades, allí murieron 26 personas el pasado marzo por un ataque rebelde con proyectiles que contenían sustancias químicas.
La misión intentará determinar si estas sustancias efectivamente se utilizaron en esa área y en otros dos puntos de Siria, que no han sido identificados.
La portavoz de la ONU en Ginebra, Corinne Momal-Vanian, confirmó hoy que la misión viajará a Siria “muy pronto”, aunque declinó precisar las fechas por razones de seguridad.
La ONU ha confirmado que en la guerra civil en Siria, que lleva 28 meses, han muerto al menos 100 mil personas.EFE